Después de haber atravesado un camino largo y difícil, el viajero llegó a la entrada del pueblo en el que pasaría los próximos años de su vida.
Inquieto sobre la forma de ser de la gente en ese lugar, le preguntó a un viejo hombre que descansaba recostado bajo la sombra de un frondoso árbol de cedro:
- ¿Cómo es la gente en este lugar? -le dijo al viejo, sin saludarlo-.
Es que vengo a vivir aquí y donde yo vivía las personas eran complicadas y agresivas. La arrogancia y la insensibilidad eran el pan de cada día.
El anciano, sin mirarlo, respondió:
- Aquí la gente es igual.
El viejo siguió reposando. El caminante prosiguió su camino.
Horas después otro viajero que también llegaba al pueblo se acercó al anciano y le dijo:
- Buenas tardes, señor, disculpe la molestia, yo vengo a vivir a este pueblo y me gustaría saber cómo es la gente, porque en donde yo vivía las personas eran atentas, generosas y sencillas.
El anciano levantó la cabeza, sonrió y le contestó:
- Aquí la gente es igual.
En vez de preguntarte cómo te tratan los que te rodean, mejor pregúntate cómo los tratas tú a ellos. A la larga la gente se termina comportando contigo como tú te comportes con ellos.
Observa si las actitudes de los demás contigo no son más que tu propio reflejo.
Creo que todos los que hemos tenido la oportunidad de trabajar con muchas personas de diferentes lugares y costumbres, tenemos grandes experiencia de esta tema tan importante, y si, estoy de acuerdo 100% de que como tratas a los demás así has de ser tratado, creo y estoy totalmente seguro porque en mi vida profesional lo he aplicado es que todos, todos, nos merecemos el mejor trato y consideración de nuestro prójimo, por lo que exhorto a todo el que ha leído este articulo, que lo entienda y que lo aplique a su vida diaria, que lo ensene y que de testimonio a los demás.
ResponderEliminarGracias: Ernesto Pena.
Gracias Ernesto por tu aporte!!
ResponderEliminarHola, me ha parecido muy interesante este relato porque nos hace caer en cuenta de la reciprocidad en las relaciones interpersonales. Así como uno trata a los demás así lo tratan a uno. Al mismo tiempo esto se puede reflejar en la autoestima: alguien que se relacione valorándose a si mismo, generará también que los demás lo valoren. Muchas gracias por su valiosa información.
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